¡Se formó el rumbón! Así exclaman los cubanos cuando suenan los primeros golpes de tambor. La rumba cubana es música, es danza, es improvisación. Y decir «rumba» es pensar en fiesta, alegría, diversión.
Nuestra rumba revela derroche de sensualidad y coqueteo de sus bailarines. Una fuerza en los tambores, en los cantos y en las palmadas que retumba el piso y estremece el cuerpo. Es una sensación que los isleños conocemos muy bien.
El cubano que no «tiene de congo, tiene de carabalí». Así de fácil y ¡de momento!, se prende la rumba en un solar de La Habana. Y al mismo compás, los cuerpos se desarman con este ritmo endiablado.
No hay quien se resista a la rumba. Por eso el que no se suma a la función, se detiene a admirarla, con ese pequeño movimiento corporal de quien no quiere la cosa.
El cubano, ¡no!, el latino en general, lleva el ritmo en la sangre, la música es nuestro himno de vida, el baile es nuestro ADN.
¡Anímate tú también y empápate sin temor de nuestro sabor!
¿Qué es la rumba cubana?
La rumba es un ritmo explosivo cuya fuerza viene de los antiguos toques africanos. Desde la yuka y makuta (danzas bantúes) hasta el baile de los negros curros y ñáñigos, son influencias africanas que se sienten en esta música sincrética.
Y ahí está su origen, en la cultura africana, esa que pintó de color mucho más que las pieles de sus descendientes y matizó lo que luego serían nuestras tradiciones culinarias, musicales y danzarias.
La historia de la rumba cubana se remonta a la época colonial, mientras la producción azucarera constituía el reglón fundamental de la economía. Se originó en pueblos de La Habana y Matanzas, donde la población negra hacía de este género afrolatino el protagonista de sus fiestas.
Para sus diversiones el negro humilde creó este ritmo, y la danza, compañera entrañable, no podía faltar.
El acento rumbero es una expresión más de la mezcla de culturas que convergen en la Isla. En este caso, se une el flamenco traído por los españoles y los ritmos africanos que trajeron los esclavos.
Pero ahí no quedó la cosa, el compás de los tambores se expandió hasta fundirse con la guaracha, la conga… y es que toda la música cubana está influenciada por la rumba, al decir de Amandito Valdés, percusionista del acreditado proyecto musical Buena Vista Social Club.
Del solar a las pistas de baile: historia de la rumba cubana
Antiguamente la rumba cubana era un baile de la clase más humilde, principalmente de negros y mulatos que vivían en los solares habaneros. Estas comunidades se ubican en el corazón de La Habana y no son más que mansiones desmanteladas que establecen un estilo de vida colectivo, bullicioso y de pintorescos estilos vecinales.
Los golpes de rumba y tambor son parte de la vida cotidiana en estos lugares que, a su vez, guardan la identidad más arraigada del cubano. Y aunque la cuna de la rumba es el solar, su contagioso ritmo y baile trascendieron los escenarios pobres de los barrios marginales y conquistaron las pistas de importantes clubes nocturnos y teatros de todo el país.
Conforme fue avanzando el tiempo, fue desarrollándose, adquiriendo mayores representantes musicales y logrando calar finalmente en la sociedad. Este estilo logró treparse en la cultura cubana hasta convertirse en patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, declarado así por la Unesco en 2016.
Hoy se escucha por doquier: lo mismo en un solar de Galeano, en el Callejón de Hamel, en un céntrico parque de Matanzas o en los carnavales de Santiago. La rumba se forma en una esquina, en una casa y hasta en elegantes salones.
Tenemos el Conjunto Folklórico Nacional y el Palacio de la Rumba y la Casa del Caribe en
Santiago de Cuba, centros estos visitados por personas de toda clase, puros amantes del género.
Además, numerosos festivales tienen lugar a lo largo de la Isla como el Festival del Caribe (celebrado en la primera semana del mes de julio), la Ruta de la Rumba (organizado cada verano por la institución Timbalaye) o el Festival Wemilere de Guanabacoa. Sin duda, momento perfecto para llegarte hasta aquí y disfrutar de estas fiestas musicales junto al ritmo de los cubanos.
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Pero nuestra rumba se ha convertido, además, en una atracción turística, exportada a varios rincones del orbe. Ha llegado hasta Barcelona con el Festival del Guaguancó y hasta Estrasburgo con el festival Rumba y Candela.
La rumba cubana y sus diferentes estilos
La rumba cubana se puede clasificar en tres estilos fundamentales: el yambú, la columbia, y el guaguancó. ¡Aquí te los presentamos!
Yambú
Es el más antiguo de todos y proviene de los suburbios urbanos en la provincia de Matanzas. Se baila en pareja, con movimientos lentos y estudiados. El centro de atención es la bailarina, quien se luce con movimientos pélvicos discretos y coquetea al hombre todo el tiempo.
Columbia
Proviene de las zonas rurales de Matanzas, pero tiene una fuerte influencia congolesa. Es un ritmo más acelerado y se utiliza para que un solo bailarín -normalmente el hombre- muestre sus capacidades.
Quien interpreta el baile interactúa con el músico de la tumbadora y ejecuta sus pasos erguido, con movimientos de brazos y piernas junto a las típicas ondulaciones de cadera. Entre sus pasos se emplean acrobacias y pantomimas. Haciendo alarde de su virilidad y destreza en el baile, suele incorporar objetos como cuchillos, machetes o botellas en el piso.
Guaguancó
Nacido en los barrios negros de La Habana, es el más elaborado de los tres, el más erótico y el más bailado. El hombre danza intentando conquistar a la mujer, con un movimiento de pelvis que simula un encuentro sexual. Este paso se le conoce como «vacunao».
La mujer, por su parte, se mueve de forma más sutil, con sensualidad y picardía. Intenta evadir a su pareja y se resiste a sus ataques con un gesto donde cubre su entrepierna con la saya o con las manos. Aunque rechaza al hombre, la bailarina continúa la danza incitándolo y provocándolo a seguir el coqueteo.
Grupos de rumba cubana
Entre los principales grupos y agrupaciones folclóricas de rumba cubana que tenemos en la Isla se encuentran:
- Los Muñequitos de Matanzas
- Conjunto Folklórico Nacional
- Conjunto Clave y Guaguancó
- Los Papines
- Yoruba Andabo
- Rumberos de Cuba
- Grupo folclórico Cutumba
- Grupo folclórico Kokoyé
- Agrupación folclórica AfroCuba de Matanzas
La canción rumbera
La práctica de la rumba además de un lenguaje corporal específico, comprende formas verbales y gestuales de comunicación: cantos y palmadas.
A través de los cantos, satirizaban a un gobernante banal y sus letras se convertían en una especie de crónica de la vida cotidiana, del amor, de las creencias religiosas…
¿Y cómo no hablar del leguaje? Popular, sencillo, con algunos términos yorubas o abakuá e impregnados de doble sentido en muchas ocasiones.
Sus melodías son cantos tarareados llamados «lalaleo» o «diana» y que invitan al coro. Iniciar un canto es todo un acto de imaginación artística que demuestra el talento de los improvisadores.
Cuando los intérpretes ejecutan la rumba con sus códigos culturales específicos, establecen una interacción con el público, se crea una atmósfera festiva. Los cantos y bailes evocan una gracia, una sensualidad y una alegría propicias al acercamiento entre las personas. ¡Y es que de esto se trata la rumba!
¡Que suenen los tambores!
Los instrumentos musicales que se emplean para tocar rumba son simples: tambores y claves (alargados cilindros de madera). Pero cuando estos no están «el cubano inventa». Un cajón de madera, cucharas metálicas y cualquier otro objeto que aparezca, bastan para recrear el sonido de la rumba y atraer multitudes.
¡Vístete de rumbero!
¿Cuál es la vestimenta de la rumba? Si vas a bailar este género, como cualquier otra danza, ¡vístete para la ocasión! En el caso de la rumba cubana, sobresale la sensualidad de las mujeres. Se utilizan vestidos cortos, sayas (faldas) y en ocasiones blusas que dejan ver el vientre. Un vestuario tan provocativo como el propio baile, donde la fémina coquetea con su pareja y revela sus dotes de mujer y bailarina.
Por otro lado, los hombres usan traje o pantalón de vestir de pinza y alguna camisa desabotonada. Un accesorio que no puede faltar es el pañuelo como rienda, «¡rojo pa los malos ojos!».
Palabras finales
Un convite de cuerpos, sentimientos y tambor que ha logrado convertirse en fiel exponente de lo más típico y característico de la música cubana, eso es la rumba.
Y es que la rumba tiene «un no sé qué que qué se yo». Te envuelve, te atrapa y a estas alturas sucumben a ella todas las razas: la negra, la mestiza, la blanca, la de aquí y la de allá.
Muchos la han sentido y la han querido… Nicolás Guillén desde sus sonoros versos «rumbera buena, rumbera mala». Alejo Carpentier con su prosa que impregna un autóctono color cubano. Y, finalmente, Luis Carbonell, quien resume en una frase su esencia: «La rumba es Cuba: hermosa y muy alegre».
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