Canchánchara cubana | Cómo preparar este coctel lleno de cubanía

Un coctel cubano más allá de ser una bebida sabrosa, muestra un pedacito de la historia de esta tierra. Y la bebida que hoy te proponemos es un fiel exponte de ello: la canchánchara.

Muchos aseguran que la estancia en Trinidad no está completa sin probar el coctel de nombre casi impronunciable por los foráneos. La canchánchara es todo un paradigma en la más colonial de las ciudades de Cuba.

Si no puedes llegarte hasta allá, ¡despreocúpate! Quizás no de igual forma, pero en resto de la Isla también podrás encontrarlo. No obstante, te traemos la receta para que tú mismo prepares la canchánchara, acompañada de un poco de historia para que cierres tu performance de bartender con broche de oro.

Origen de la canchánchara

Dentro de los más antiguos tragos que integran la coctelería cubana se encuentra esta bebida típica de Cuba: la canchánchara, una mezcla que contiene la esencia de la cultura criolla. Este coctel es un símbolo del espíritu y carácter del pueblo isleño, así lo descubre la historia de la canchánchara. 

A pesar de que muchos creen que el origen de la canchánchara se lo debemos a la ciudad de Trinidad, por la gran popularidad que goza en esta zona, realmente el coctel nació en la región oriental de Cuba.

A diferencia de otros cocteles, la canchánchara no surgió en bares, cantinas u otros sitios de recreo, sino en la manigua.

Los primeros en preparar esta bebida fueron los mambises en los campos de la Isla en el siglo XIX. Es decir, aquellos cubanos que lucharon en el Ejército Libertador durante la guerra independentista contra España, más conocida como la Guerra de los Diez Años.

Quizás te suene curiosa, e incluso impronunciable, la palabra canchánchara. En cuanto a su origen, te contamos que hay varias teorías. El lingüista e investigador cubano, Sergio Valdés Bernal, propone que proviene del término náhuatl chiancaca, una muestra de la huella de voces indomexicanas en la modalidad cubana de la lengua española.  

La canchánchara es resultado de mezclar ingredientes autóctonos de la Isla y de fácil adquisición, como son la miel, el limón y el aguardiente de caña como base alcohólica, la cual se produce artesanalmente.

Lógicamente, aquellos no eran tiempos de vasos sofisticados, por lo que se bebía en vasijas llamadas jícaras, que no eran más que la nuez seca del coco, conocido también como güira.

En sus inicios se bebía caliente, como un trago nutritivo y tonificante. Les permitía a los soldados calentarse en las frías noches y protegerse de infecciones respiratorias.

Luego, con el surgimiento del hielo, se le incorporó este elemento y la canchánchara comenzó a tomarse fría. De esta forma se convertía en un brebaje más suave, refrescante y placentero. 

De la manigua a la barra

A pesar de ser un trago tan antiguo, la costumbre de beberlo no ha quedado en el olvido. Y si hay una región que ha hecho más que ninguna otra por la preservación de la canchánchara en la coctelería cubana esa es la región trinitaria.

En el centro de la Isla, en la provincia de Sancti Spíritus, y específicamente en Trinidad, se ubica un sitio estrella en la venta de este coctel: la casona «La Canchánchara» de la calle Real del Jigüe.Si visitas Cuba, este es un perfecto atractivo turístico que no puede faltar en tu agenda de viajero.

La antigua casona, rescatada en 1980 por especialistas en restauración patrimonial, se considera una de las edificaciones más antiguas de Trinidad, ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad. Su construcción se distingue por combinar estilos arquitectónicos de los siglos XVIII al XX.

Nativos y foráneos de diversas partes del mundo llegan hasta el local para disfrutar ¾bajo el ritmo de la mejor música cubana en vivo¾ el coctel símbolo de la ciudad colonial. Y para añadirle más historia y particularidad, la canchánchara se sirve en una taza de barro que simula la jícara.

En «La Canchánchara» puedes encontrar otras bebidas típicas de Cuba como son el guarapo de caña de azúcar, agua de coco, cocteles tradicionales cubanos y por supuesto, la bebida a la cual debe su nombre.

Como buenos anfitriones, los trinitarios no son egoístas con la receta de canchánchara. Puedes llevarte la fórmula de regreso, junto con el recipiente donde se sirve la bebida típica de la antigua villa que se vende como souvenir. Postales, libros, artesanías son otros de los artículos que podrás encontrar.

Receta original del coctel canchánchara de Cuba

Para preparar este coctel no necesitarás complejos utensilios de barra, nada más allá que una simple cuchara mezcladora. Se prepara en el mismo recipiente donde se sirve. Puede ser en una vasija de barro como lo hacen en Trinidad o en un vaso de cristal, como mayormente lo verás en los locales de la capital habanera.

El vaso de cristal más indicado para beber la canchánchara es el old fashioned. Uno muy utilizado en Cuba es el vaso Havana Club, creado por la marca cubana de ron Havana Club. Estos son vasos anchos de altura pequeña y el centro es más estrecho que los extremos superiores. Mayormente se utilizan para beber ron o whiskey.

La canchánchara es única: la de miel, limón y aguardiente

Nos gustaría poder presentarte, como en otras ocasiones, algunas variantes del coctel canchánchara. Pero lo cierto es que esto sería una atrocidad, la canchánchara es esta, con aguardiente, miel y limón… ¡no hay otra!

La canchánchara no es una bebida de Cuba que se prepara con ron, como muchos piensan. Su ingrediente alcohólico es el aguardiente, y aunque puede prepararse con ron, ¡su sabor no será el mismo!

Quizás encuentres esta receta con ron blanco o ron oscuro, en vez de con aguardiente, pero debes estar consciente de que así no es el coctel canchánchara de Cuba. El aguardiente es su ingrediente clave, y si lo sustituyes le quitas toda la esencia al coctel. Aquí sí no aplica el conocido refrán «a falta de pan…»

Palabras finales

En un bar habanero o en una tarde en el sitio homónimo de Trinidad, la canchánchara es una bebida ideal para disfrutar y pasar las horas.

No te vamos a engañar, ¡mucho mejor si es en Trinidad! Más allá de la preparación de este coctel como en ningún otro lugar, esta bella ciudad permite un viaje a esa otrora época de una villa, con sus edificaciones e iglesias centenarias, calles empedradas y un valle fascinante.

Te animamos a combinar la fabulosa sonoridad de la música cubana, los amenos cuentos de un barman nativo y las risas que van haciéndose más seguidas como efecto de nuestro excepcional aguardiente. La invitación queda sobre la mesa, es tu oportunidad de vivir tan agradable experiencia.