Hablar de películas cubanas es captar la historia de nuestro país a través del lente.
El cine cubano es un movimiento artístico que entreteje la vida social y el momento histórico, siempre con un alto valor estético. Se convierte, así, en una especie de crónica con dosis de ficción del cubano, de la ciudad, de la Isla…
Nuestro cine ha bebido siempre de la realidad, de su dinamismo y autenticidad. Y en ese modo de hacer se aleja del cine hollywoodense. Los cineastas cubanos han creado un estilo propio en su afán de reflexión y tratamiento de temas medulares.
La lista de películas cubanas exitosas es bien extensa. Segura estoy de que se me escapan algunas, ¡no!, muchísimas. En esta breve selección se recoge de lo mejor y más popular del cine cubano. Si eres un amante del celuloide de nuestra tierra, acompáñanos.
Luces, cámara y ¡acción! 🎬
Mejores películas del cine cubano de todos los tiempos
1. Memorias del subdesarrollo (1968): «Aquí todo sigue igual»
Todo un clásico de nuestro cine y seleccionada entre las 100 mejores películas de todos los tiempos por la Federación Internacional de Clubes de Cine. Para muchos es la mejor de las películas cubanas y una de las más valiosas de Iberoamérica en la última década del siglo XX.
Una mirada desde adentro a la Revolución de la mano de un intelectual cubano revolucionario, esa es la propuesta de Memorias… El protagonista se convierte en espectador crítico del entorno político y también citadino.
El simbolismo de la icónica escena en donde Sergio observa La Habana a través de un telescopio, unido a su reflexión, refleja esa metamorfosis cultural y social de la realidad cubana que el proceso revolucionario implicó.
Uno de los mayores logros de la película fue representar en su protagonista a miles de cubanos.
Director: Tomás Gutiérrez Alea
«El cine no puede evitar nutrirse directamente de aspectos de la realidad y conformar con ellos una obra, que por fuerza tiene que tener una significación y una incidencia en la realidad misma».
Tomás Gutiérrez Alea
2. Lucía (1968): «Una gardenia, mamá, una gardenia»
Lucía es otro de esos filmes cubanos antológicos. Describe la vida de tres mujeres en diferentes momentos históricos de Cuba: la guerra de Independencia, la lucha contra el dictador Gerardo Machado y los primeros años de la Revolución, contextos definitivos en la formación de la identidad cubana.
El personaje femenino, y su circunstancia histórica, se torna el protagonista de la película. Sin embargo, lejos de ser un filme de corte historicista, Lucía dialoga con la espontaneidad y la naturalidad.
Dicen que Lucía es uno de esos largometrajes que se pueden ver una y otra vez, y siempre descubrir algo nuevo, un detalle inadvertido, una mirada desgarradora de alguna de sus protagonistas…
Merecida mención a las tres Lucías: Raquel Revuelta, Eslinda Núñez y Adela Legrá.
Además, ha sido catalogada entre las diez mejores películas del cine iberoamericano y abraza otros tantos reconocimientos nacionales e internacionales.
Director: Humberto Solás
3. La muerte de un burócrata (1966): «¡Tío, ponga de su parte!»
Impregnada de ese humor y sátira que tanto gustamos los cubanos, La muerte de un burócrata se erige como una de las películas cubanas que todavía hoy nos sacan unas risas.
La trama del filme demuestra lo enrevesado y desatinado de los procesos burocráticos en el país.
Paco, un trabajador ejemplar, muere por un accidente de trabajo y es enterrado con el carnet laboral, como reconocimiento. El dilema comienza cuando la viuda de este va a reclamar la pensión, para lo cual adivinen qué necesita: ¡pues el carnet laboral!
Una serie de situaciones burocráticas absurdas, cuya excelsa crítica es la base de la película, desencadenan todos los acontecimientos posteriores.
Pero no te cuento más, anímate a ver el filme que trasciende las fronteras del tiempo y del espacio.
Director: Tomás Gutiérrez Alea
«El humor y la sátira son recursos que casi habíamos olvidado bajo el peso de un exacerbado sentimiento de responsabilidad. Y sería un error caer en ese olvido».
Tomás Gutiérrez Alea
4. Los sobrevivientes (1979): un clásico de la Isla
«A mí me da lo mismo capitalismo, socialismo… como si vuelve el feudalismo. Lo que hay que saber es cogerle la vuelta al sistema…».
Si se trata de películas cubanas de humor (negro) y crítica mordaz a los efectos negativos de no adaptarse a los cambios, Los sobrevivientes es la que es.
Relata la historia de una familia de la burguesía cubana que se niega a formar parte de la revolución triunfante. Su «arma» para combatir el venidero futuro de un sistema del que no son partidarios es encerrarse en su mansión (autoexiliación) para preservar a toda costa su estatus.
No podemos dejar de mencionar los grandes intérpretes de la trama: Enrique Santiesteban, Reinaldo Miravalles, Vicente Revuelta, Carlos Ruiz de la Tejera, Ana Viñas y Germán Pinelli.
Director: Tomás Gutiérrez Alea
5. Se permuta (1983): «¿Permutar?»
¡Las permutas son tan comunes en Cuba que hasta fueron llevadas a la pantalla grande! Se permuta es una de las comedias cubanas más populares de todos los tiempos.
Gloria Perdomo (interpretada por Rosita Fornés) intenta permutar su casona de Guanabacoa por un apartamento en El Vedado. Su aspiración a mejorar de barrio y actitudes que dejan entrever conceptos pequeños-burgueses se verán afectados por una serie de desventuras…
La simple cotidianidad de «permutar» una vivienda por otra se convierte en toda una odisea en la que las peripecias de Gloria se asemejan a un juego de ajedrez.
Sin duda, el filme logró divertir de gran manera a los cubanos, quizás por las desatinadas situaciones que desencadenan el querer permutar.
Director: Juan Carlos Tabío
6. Vampiros en La Habana (1987): «¡Lo maté tigre, lo maté!»
Y los años 80, la década de oro del dibujo animado cubano, nos trajo uno de los largometrajes de animación más queridos y reconocidos no solo en Cuba, sino también en otras partes del orbe: Vampiros en La Habana.
Qué cubano no conoce frases tan icónicas como «rey del mundo, ¿tú tendrás un cigarrito ahí?» u «oye, el de la cornetica, ¿tú no trabajas por la mañana, mijito?».
Es la antípoda de una película de terror, pues nuestros vampiros son todos unos comediantes.
El hilo conductor de la película es la lucha, sí al estilo de gánsteres, entre dos grupos de vampiros (el Grupo Vampiro europeo y la Capa Nostra, grupo de vampiros norteamericanos) por hacerse con el «vampisol».
El vampisol fue una fórmula creada por el vampiro científico Werner Amadeus Von Drácula para inmunizar a los vampiros ante la luz del Sol.
Pepito (personaje caricaturesco que bien conocemos los cubanos), sobrino del científico y también vampiro, trompetista y fiel opositor de la tiranía de Gerardo Machado, constituye el «héroe» de la historia.
El éxito en taquilla no se hizo esperar y nuestros Vampiros en La Habana se alzaron con un triunfo arrollador.
Director: Juan Padrón
7. Clandestinos (1987): «¡Está viva! ¡Te la voy a entregar viva!»
Acción, épica y suspenso es lo que encierra Clandestinos, una de las películas cubanas que más ha calado en nuestros corazones.
A pesar de beber de la lucha clandestina antes de 1959, el filme no es un largometraje histórico, sino que revela la historia de amor entre Ernesto y Nereida en medio de este escenario convulso.
El desgarrador grito de Nereida al final de la película, deja sin aliento a los verdaderos amantes del séptimo arte.
Director: Fernando Pérez
8. La bella del Alhambra (1989): «Si me pides el pescao te lo doy…»
Versión de la novela Canción de Rachel (1969), de Miguel Barnet, La bella del Alhambra es considerada una de las mejores películas musicales cubanas, si bien su director la denomina más bien como un melodrama musical.
Como un perfecto ajiaco el filme tiene de musical, de drama, de parodia, de popular, de espectáculo… Su desarrollo se ubica en los años 20 en La Habana. Rachel, protagonista, es una cantante cuyo sueño es ser vedette en el famoso teatro Alhambra.
Pero quizás lo que más resalte en la película sea la interpretación de Beatriz Valdés que logra, en palabras del escritor Enrique Núñez Rodríguez, resumir toda la gracia, la sensualidad, la picardía y la rotunda criollez de aquellas mujeres por las que suspiraron nuestros abuelos.
Director: Enrique Pineda Barnet
9. Fresa y chocolate (1993): «¡Uy, una fresa! Hoy es mi día de suerte»
El cuento de Senel Paz «El lobo, el bosque y el hombre nuevo» fue la inspiración para el guion de la película.
Con guiños de humor, pero al mismo tiempo un tono conmovedor y con una fuerte carga emocional, el largometraje refleja la incisiva crítica al tema de la intolerancia hacia la homosexualidad en los años 70-80 en Cuba.
David, un joven comunista y revolucionario, y Diego, un homosexual culto y creyente, son los dos protagonistas de este filme.
En él se logra una conjunción perfecta entre la voz del otro social, en aquel entonces marginado por su condición sexual, y del joven convencido de la causa revolucionaria, que desemboca en una fuerte amistad y respeto mutuo.
El filme toma como uno de sus escenarios un solar habanero de la calle Concordia. Lo que fuera la «guarida» de Diego (el apartamento del solar en el que se filmó la película) hoy es un reconocido restaurante que lleva por nombre La Guarida y que resiste la visita de tantos turistas en la Isla.
Tampoco podemos olvidar otro de sus escenarios: la famosa heladería Coppelia, que sirve de primer encuentro entre los protagonistas.
Estuvo nominada a un Oscar, convirtiéndose así en la primera película cubana nominada a este premio.
Directores: Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío
10. Madagascar (1994): «Madagascar es lo que no conozco»
No, no es el animado de DreamWorks ni se desarrolla en la isla del continente africano, sino en nuestra Cuba. A grandes rasgos, trata de los conflictos entre una madre y una hija derivado de la crisis económica, denominada Periodo Especial, de la isla en los años 90.
El estilo metafórico y alusivo, muy bien logrado según los que saben, es el principal mérito de la película.
Se aleja de la crítica clara y desvela una reflexión sobre las problemáticas del momento (recordemos que el cine cubano está permeado de las circunstancias directas) con un tono intimista e introspectivo.
Director: Fernando Pérez
11. La vida es silbar (1998): «Porque la vida es eso, silbar»
La vida es silbar es otra de las películas cubanas de Fernando Pérez, y para muchos «la» película de Fernando Pérez.
Podríamos decir que la protagonista de la película es la felicidad o, más bien, la búsqueda de la felicidad en Cuba. Para ello se relata la vida de tres personajes profundamente infelices, que se debaten entre el deseo, el amor y la frustración.
El filme es una reflexión de la vida, del ser cubano, de la ciudad…
Esta película de corte reflexivo es de esas «amadas por muchos y odiadas por otros». Y a pesar de gozar de varios reconocimientos, sobre todo internacionales, no ha logrado tanta popularidad como otras de las películas del realizador.
Director: Fernando Pérez
12. Lista de espera (2000): «Añejados en la terminal»
¡Esperar una guagua (como se dice al bus en Cuba) es algo tan común en los cubanos! Y si esa cotidianidad se lleva al cine con dosis de humor, marcada cubanía y de la mano de un excelente director y estelar elenco, el resultado es Lista de espera.
En esta película nos trasladamos a una terminal de ómnibus interprovincial.
Imagina el escenario: la terminal; pleno Periodo Especial; un solo ómnibus, que para mal de males está averiado; cola de pasajeros que aumenta con la espera del transporte, y una única solución que es arreglar el bus, al que le falta una pieza rusa que no está «ni en los centros espirituales»…
Dentro de la historia se van entretejiendo los conflictos humanos y la forma de asumir las situaciones. Se trata de una trama costumbrista construida con guiños jocosos que abrigan ese espíritu cuestionador captado por todo buen espectador.
Director: Juan Carlos Tabío
13. Suite Habana (2003): entre el documental y la ficción
En un bien logrado intento se recogen los rostros y lugares, lejos de estereotipos, que reflejan la multiplicidad social de La Habana actual. Esa Habana que, al decir del cantante cubano Pedro Luis Ferrer, «es una, dos y tres y más».
Doce historias de personajes reales y un día completo de sus vidas, desde que se levantan hasta que se acuestan, son los que entretejen el filme. Como desde el propio nombre se deduce, la película es una composición diversa, con matices, pero con elementos comunes.
Suite Habana no tiene diálogos, solo el sonido de pequeños detalles del día a día. Los conflictos de los protagonistas no se muestran en escenas dramáticas actuadas, sino en miradas, sobresalen desde su interior, se reflejan en su propia cotidianidad…
Una película que saca las lágrimas de muchos cubanos, ¿quizás por sentirse reflejados en algunas de esas historias?
Director: Fernando Pérez
«Este arte […] no solo nos ha enseñado a ver cine, sino también a ser cubanos, y nos reafirma en nuestra identidad y nos invita a mirarnos con amor y crítica».
Senel Paz
14. Viva Cuba (2005): road movie, emigración y niños protagonistas
El tema de la emigración que ha marcado a nuestra isla se volvió una trama recurrente en la gran pantalla cubana. De hecho, según críticos, este tema es central en la producción cinematográfica de las dos últimas décadas del país.
Y en este escenario debemos mencionar la película Viva Cuba, una road movie que trae consigo un cambio en el abordaje de esta temática, con rasgos muy criollos y cómicos.
Este encantador filme, que es apto para toda la familia, tiene la originalidad de tratar el tópico de la emigración desde la perspectiva, y bajo los papeles protagónicos, de dos niños cubanos, que la sufren en carne propia.
Malú y Jorgito son dos niños que tienen una linda amistad. Para evitar que la madre de Malú se la lleve del país, ambos infantes deciden huir en búsqueda del padre de la niña para que impida la salida, huida que se convierte en un viaje por Cuba hasta la Punta de Maisí…
Su final sugestivo invita a la reflexión a la vez que nos estremece.
Director: Juan Carlos Cremata
15. El Benny (2006): para recordar desde la gran pantalla
El Benny fue una película que conquistó a miles de espectadores en toda la Isla (y fuera de ella también), así como lo hizo en sus días el Bárbaro del Ritmo, uno de nuestros más icónicos cantantes cubanos y figura cultural cimera.
El largometraje, que no pretendió ser una biografía de Benny Moré ni una antología completa de lo mejor de su música, tiene muchos aciertos, desde las actuaciones, música, fotografía, ambientación hasta la coreografía.
Es una de las películas más populares de todos los tiempos. De hecho, muchos afirman que fue la más esperada del lustro, sobre todo, por aquellos que recuerdan con nostalgia y afecto a nuestro Benny.
Además, ¡qué decir de la espectacular interpretación de Renny Arozarena, que sin parecerse físicamente al Benny, supo traernos de vuelta su genial recuerdo!
Sin duda, es una de esas películas cubanas con merecidos elogios y aplausos. Te atrapará y cautivará.
Director: Jorge Luis Sánchez
16. El cuerno de la abundancia (2008): para reír a lo cubano
Una supuesta herencia millonaria, una familia cubana y la realidad actual, te podrás imaginar la tremenda comedia que resulta de esa unión.
Todo comienza con la noticia de que los apellidados Castiñeiras en el pueblo ficticio de Yaragüey serán herederos de una suma bien grande de dinero que unas monjas depositaron en un banco de Inglaterra.
Los trámites para reclamar la herencia no se hacen esperar, y tampoco las dificultades disparatadas del proceso.
Si bien la película hace reír de una manera frenética, y algunos la critican al decir que solo es más del mismo relajo y cubaneo, también revela las miserias humanas, como la codicia y la intolerancia.
¡No te la puedes perder!
Director: Juan Carlos Tabío
17. Juan de los muertos (2011): llegaron los zombis a La Habana
Sí, justo como leíste: se trata de una película cubana de zombis, pero no un filme de terror, sino uno que nos mueve de la risa.
Una avalancha de muertos vivientes llega a las calles de La Habana. En este suceso aparece, a modo de «héroe», Juan. Se trata de un cuarentón que se «busca la vida» inventando y trapicheando.
La invasión de los zombis solo fue el «filo» para montar un negocio que con solo leer el eslogan sabrás de qué se trata: «Juan de los muertos, matamos a sus seres queridos».
Este personaje y sus compañeros de aventura son los encargados de combatir el apocalipsis zombi, cometido que se desarrollará durante toda una serie de altibajos hilarantes.
Aunque la película bebe de los códigos del cine de zombis, y hasta del de las artes marciales, se busca reinterpretarlos y adaptarlos al contexto cubano.
¿Quieres reír con la primera película de zombis de Cuba?
Director: Alejandro Brugués
18. Conducta (2014): «Me gusta que suenen las palabras»
Conducta es una de esas películas cubanas que provoca en los espectadores un sinfín de sentimientos encontrados.
Saca unas lágrimas; nos estremece con un guion que incita a reflexionar sobre males como la burocracia y la intolerancia; deja un sabor de excepcionalidad artística de nuestros actores (merecida mención para Alina Rodríguez y el niño Armando Valdés Freire)…
Personajes casi tipos como el niño «mala cabeza», la veterana profesora que lo intenta rescatar de su dura vida y la madre alcohólica; una sociedad dibujada en personas intolerantes, la profunda Habana con sus solares y algunas ilegalidades, como la pelea de perros, y la «calle»… sí todo ese escenario retrata Conducta.
Fue muy bien acogida por el público y también por la crítica cinematográfica. Dan cuenta de ellos los varios lauros que suma en su palmarés cinematográfico.
Director: Ernesto Daranas
Más de nuestro arte
Palabras finales
Nuestro cine tiene de todo un poco, desde los más convencionales largometrajes hasta los más reflexivos, críticos o mordaces, sin olvidar alguna que otra comedia y dosis de choteo.
El quehacer cinematográfico insular, a veces querido, a veces odiado, a veces incomprendido, ha hecho de la visión de la realidad cubana una obra de arte. Se trata de una memoria audiovisual de la vida política, económica, cultural y social del país.
Pero no olvidemos que el cine es un arte, y como todo movimiento artístico busca expresar. El cine de la Isla lo ha logrado con acierto en varias ocasiones.
Las películas cubanas activan al ojo crítico, hacen llorar o reír a carcajadas, llenan las salas y rescatan taquillas, reflejan «lo cubano» y la identidad nacional.
Consciente de que se me quedan muchas más películas, quisiera conocer tu opinión. ¿Qué otras películas cubanas incluirías? Déjanos saber en los comentarios. 👀 Esperamos leerte.